Como estrategia principal se determinó identificar las problemáticas más representativas del sector, dando respuesta a cada una de ellas y convirtiéndolas en determinantes de diseño. Se han proyectado así una serie de variables que en conjunto responden de manera integral a las necesidades patrimoniales, socioculturales, económicas, medioambientales y funcionales del sector. El primero de los determinantes estaba definido por la configuración de la manzana y su relación con el sector (Patios, Esquina con Chaflán u ochave, Damero, Alturas, Granulado (vanos), Texturas, Materialidad), entendiendo estas variables se ha proyectado un “zócalo o base en ochave” que retoma y reinterpreta cada uno de estos valores a través del concepto de lo estereotómico, una arquitectura donde la continuidad constructiva es completa y maciza, muros perforados haciendo alusión a la granulometría existente (composición de fachada).

Un zócalo que se hace permeable articulando y conectando por medio de patios el complejo teatral (alusión a la Casa Pompeyana y la estructura morfológica del sector, llenos y vacíos). “(…) Se trata de una propuesta que busca la luz, donde sus muros son perforados para que la luz entre en ella.” Otros de los determinantes estaban dados por la posible obstaculización de los elementos que componen el paisaje, por la complejidad del programa y la normativa vigente para el lote, que en suma significaban un reto particular.
Como oportunidad de diseño y con la necesidad imperante de desarrollar una arquitectura que permita grandes luces y la mayor polivalencia espacial posible, relacionada con la tensión, la ligereza y la inmaterialidad, se proyectó sobre los cimientos estereotómicos un sistema estructural con nudos, con juntas, y donde la construcción es articulada, una arquitectura Tectónica, elevada puntualmente.