El Hotel Nutibara se inauguró en Medellín, Colombia, el 18 de julio de 1945, abriendo sus puertas como uno de los hoteles de lujo de Latinoamérica. Diseñado por el Arquitecto Norteamericano Paul B. Williams, quien fascinado por la riqueza de vegetación y por el clima de la ciudad decide aprovechar al máximo estas virtudes a la hora de la propuesta espacial.

Todas las recámaras cuentan con una privilegiada vista sobre el centro de la ciudad, gozando de iluminación y ventilación natural. Su idea, que se convierte en la nuestra, era que el hotel se convirtiera en una ventana hacia el paisaje de la ciudad, y que además albergara dentro inmensos jardines tropicales exclusivamente diseñados por él con flora nativa.

La decisión de ubicar el edificio hacia la avenida tenía como finalidad dar importancia a las inmensas arboledas urbanas propuestas y darle protagonismo al hotel en términos urbanos, convirtiéndolo en un epicentro donde los huéspedes podían gozar del corazón de la ciudad tanto por sus visuales como por sus enormes salones de encuentro.
La propuesta pretende recuperar los ejes dirigentes del proyecto arquitectónico original, enfocando la restauración de las habitaciones hacia las ventanas, miradores que capturan el paisaje y la ciudad, y que enfatizan desde el interior de cada habitación la ubicación del hotel en medio del agitado centro de la ciudad. Para lograr esta estrategia la ventana obtiene un espesor que permite que los huéspedes puedan ya no solo ver a través de ella sino también habitarla físicamente.